viernes, 21 de noviembre de 2014

UN GRAN CAMBIO… UNA SOLA FUERZA


UN GRAN CAMBIO… UNA SOLA FUERZA

Escrito por: Sara Gavidia

Todo comenzó el Viernes 7, cuando mis compañeros y yo nos fuimos de retiro de confirmación a una casa de retiro llamada, “Laura Vicuña”; al entrar a este lugar, todos se quedaban asombrados, ya que era muy hermosa y daba una sensación de paz, que todos no tardaron en notar.

A las 5:30 pm más o menos tuvimos que olvidarnos de celulares y cualquier distracción, ya que el propósito de nuestro retiro era poder encontrarnos con nosotros mismos y con Dios, para poder remediar todos los pecados que hayamos tenido y todas esas cosas que no lográbamos superar. Además de ello, se buscaba hacer un lazo de amistad más fuerte entre todos nosotros, puesto que como todo grupo de ser humanos, siempre hay discusiones y peleas, que no siempre se llegan a perdonar de corazón. Por ello nos dividieron en tres cuartos; los chicos, que eran diez, durmieron en un mismo cuarto; a las chicas nos dividieron en los dos cuartos restantes, pero no se pudo elegir con quién dormir, sino que nos mezclaron de acuerdo al plan que ya tenían organizado. Eso me pareció una gran idea, ya que al estar siempre con un mismo grupo de amigas, no se llega a conocer verdaderamente a todas mis compañeras. Pero esta vez pude compartir lindos momentos con mis amigas, quienes son también muy alegres y divertidas e hicimos muchísimas locuras, sin descuidar el verdadero propósito de esta actividad.

A lo largo de todo el fin de semana, experimentamos todos muchísimos sentimientos, que nos han hecho cambiar de algún modo, porque nos hemos enamorado de Jesús y vemos en ÉL el verdadero camino de amor y paz, que toda persona necesita. Dios no es alguien que castiga, sino más bien es nuestro Padre misericordioso, que siempre estará con nosotros, sin importar que acciones o errores cometamos. Todo esto lo pudimos comprobar, puesto que sentimos el poder de Dios sobre nosotros, cuando a pesar de reconocer nuestros pecados, había algo que nos motivaba a seguir adelante, nos daba una alegría increíble, nos sentíamos renovados y sobre todo nació en mí un sentimiento de libertad y pureza, que jamás olvidaré y trataré de conservarlo por siempre. Sé que esta tarea no será fácil, puesto que el camino para llegar a Dios requiere sacrificio y muchísima confianza en ÉL, porque uno no puede llegar a amar a alguien, si tiene miedo e inseguridad; el amor es fuerza y entrega, como Jesús nos lo enseñó con su muerte en la cruz.

Para finalizar mi pequeña anécdota, quisiera contar la experiencia que tuvimos con la comida, debido a que ahí se notó el verdadero compañerismo que había entre nosotros, porque nos tratamos de organizar de tal manera, que todos quedemos satisfechos y sin hambre. Fue una tarea un tanto difícil, ya que muchas veces todos se llenaban, pero sin embargo hacíamos hasta lo imposible por acabar todo lo servido. En este retiro pase muchísimas anécdotas, que jamás olvidaré, ya que me hicieron reflexionar bastante y me di cuenta de errores que pasaba por alto, pero que sin embargo eran los que me iban manchando mi persona; debido a esto quería agradecer de todo corazón al profesor Levi, al padre Cristian, al profesor Oscar y a las Schwester Leticia y Edith, a mi papás y a todos cuanto hicieron este retiro posible, porque el tiempo compartido con todos mis amigos fue algo maravilloso, e increíble, ya que sentimos con mayor fuerza la presencia de Dios entre nosotros.


¡MUCHAS GRACIAS! Y espero les haya gustado esta pequeña reseña, sobre mi anécdota en mi primer retiro… Recuerden nadie nace perfecto, pero puede intentar serlo y eso es lo que Dios quiere de nosotros, que intentemos hacer el bien y jamás digamos, no puedo… ¡Dios te ama!

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