lunes, 8 de junio de 2015

Alcanzar la perfección... por segunda vez.

El Barcelona tocó el cielo en Berlín derrotando a la Juventus en un partidazo. Rakitic, Suárez y Neymar le dieron la quinta Champions al club azulgrana, que tuvo otra temporada perfecta, como en la 08/09.




Se jugó en Berlín, donde Italia se llevó la Copa del Mundo en 2006. El que ganaba se iba de vacaciones con los tres títulos en juego de toda la temporada en el bolsillo. Qué mejor que ver a los únicos que podían lograrlo enfrentarse en la final de Champions League, el último partido de la temporada europea. Los catalanes eran claros favoritos en las apuestas, en los debates y en las particulares previas que hacen las cadenas de televisión antes de transmitir el partido en vivo y en directo. Hay que demostrar ese favoritismo en el campo, en esos noventa (que pueden ser ciento veinte más penales) minutos que deciden al ganador. 

El Barcelona hizo todo para ganarlo, al igual que los de Allegri. Por algo el Madrid quedó en el camino, por algo la Lazio se quedó sin Copa de Italia y por algo otros diecisiete equipos no pudieron consagrarse en la Serie A. Porque la Juventus es inmensa, porque aunque comenzaron perdiendo desde el vestuario con gol de Rakitic—Leo, Luis y Neymar tuvieron sus chances—Morata empató el duelo en el momento que peor lo pasaba. Después arrinconó al Barcelona durante diez minutos (eso es mucho) y lo hizo sufrir, sudar sangre. Pero la contra, la bendita contra comandada por Messi liquidó el sueño de cualquier bianconero, ese sueño de poder remontar el partido y observar a Buffon alzar la 'orejona'. El fútbol da estas cosas. Remata Leo, Gigi da rebote y el '9' caza el balón. Parecido al tanto de la igualdad.

Xavi entró para darle pausa al partido como es habitual en el Barcelona porque ve que el rival se le viene encima. Pero esta final era un descontrol total tras el 2-1, el campo ayudaba mucho: resbalones, malos pases, recepciones desastrosas... en fin. Y ya en el minuto 96, cuando la Juventus lanzó el último centro del encuentro, Piqué se vistió de héroe para ganar dos veces en el salto; el segundo, clave para que Messi, con lo poco de energía que le quedaba en la pierna derecha, la puntee y deje a Neymar con Pedro frente a dos defensores. El brasileño se la dio al canario y este se la devolvió, para que defina entre las piernas del pobre y vendido arquero.

El colegiado decidió terminarlo cuando el Barcelona hizo el tercero. Difícil encontrar consuelo entre los jugadores italianos y euforia total entre los que se habían coronado campeones de Europa. Xavi fue a hablar con Pirlo. Quién sabe para qué. Ojalá lo haya convencido de ir a Catar para jugar juntos. Luego, el capitán fue a levantar la quinta Champions de la historia del Fútbol Club Barcelona. No parar de hacer historia: esa es la frase del cuadro catalán. Una generación única de futbolistas. 

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